martes, 12 de julio de 2011

La Universidad española - Mi manifiesto SCUM

Aberdeen visto desde la loma, junto a la playa.
Soy profesor de una Universidad española desde hace un tiempo. Mi plaza es de asociado, por lo que no estoy a tiempo completo. Quizás algún día, quizás no. Quizás no...

Hace poco me dieron los resultados de mis encuestas de satisfacción docente. Son las que contestan los alumnos y en las que opinan sobre los profesores. De las 6 asignaturas que impartí este curso sólo se recogieron 5 encuestas. Mis medias fueron (sobre una puntuación máxima de 10): 8'95. 9'7, 9'7, 9'8, 9'9. Ningún año había recibido tantas felicitaciones del alumnado como este año. Han sido muchísimas, de verdadero agradecimiento. Aún así, yo sigo pensando que mi trabajo es una mierda y siento verdadera vergüenza por no hacer las cosas mejor. Lo juro. No es falsa modestia, en absoluto. Sé cómo podrían ser las cosas, sé cómo podría hacer las cosas, sé cómo podría ser la Universidad en España... y sé lo que es.

He conocido a profesores/as verdaderamente brillantes a los que admiro con verdadera devoción y de los que he tratado de aprender como Maestros que son. Es gente tremendamente inteligente, muy trabajadora, que intenta prestigiar su trabajo y la institución para la que trabaja. Pero por cada uno de ellos he conocido a 10 (o quizás más) con un nivel de abyección tal que no puedo evitar sentir verdadero asco por ellos y en el fondo por mi propia especie. Gente a la que no le gusta la docencia, no le gustan los alumnos, no le gusta investigar y no le gusta aprender. Simplemente querían un retiro dorado y prestigioso. No puedo entenderlo.

¿Por qué nadie puede ordenar la Universidad española YA y despedir fulminantemente al ingente grupo de parásitos acéfalos e inertes que la puebla? ¿Para cuándo una Universidad basada en el mérito? Y no hablo de la ANECA... hablo de merecerlo, de honrarlo, de ofrecer calidad docente y humana, de formar a los mejores profesionales que seamos capaces. No hablo de un "quítate tú para ponerme yo".

Yo me seguiré avergonzando de mi trabajo, porque lo he hecho siempre y es tarde para cambiar, pero en mi propia vergüenza siento que, aunque pasen mil años, no seré jamás como ellos. No lo permitiría. Cuanto más sé y más me desarrollo como profesional más pequeño me siento, más insignificante, más prescindible. Eso me duele, mucho, pero me protege.

¿Trabajar en la Universidad? A veces pienso que merece la pena. A veces, como hoy, pienso que no. Y esto, creedme, no es un gran motivador para acabar la tesis. Aún así, la acabaré y la defenderé. Ya no hay vuelta atrás. Tengo más ganas de acabarla que nunca y estoy disfrutando mi trabajo muchísimo y aprendiendo mucho a trabajar de otro modo. Y mientras siga trabajando en la Universidad, el tiempo que sea, intentaré prestigiarla, honrarla, merecerla, disfrutar y hacer disfrutar aprendiendo.

"Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre"
Antonio Machado

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ENHORABUENA Marcos, por como avanza tu tesis y por tus medias en las encuestas.
Me acuerdo ahora de algunos profesores que tuvimos/sufrimos y pienso en la suerte que tienen tus alumnos. Suerte por encontrar a un maestro que se implique tanto, que sea crítico con su tarea, ya no solo como docente sino como persona, y suerte porque aunque ahora ni ellos ni tú lo sepáis, en un futuro serás un maestro al que recordarán y seguro que también admirarán.
¡Mucha fuerza! porque aunque la institución no lo merezca, los alumnos si que merecen encontrar a buenos maestros y mejores personas preocupados por como van las cosas...

Besos

L.

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tus palabras, L. Me gustaría que fuera así. Me gustaría dejar un pequeño poso que haga mejorar la educación en algún sentido. Es mi obsesión y para eso estoy aquí, de verdad. Pero me doy cuenta de que la Universidad muchas veces poco tiene que ver con la educación. De todos modos, aquí sigo yo con mi idealismo inquebrantable.

Gracias, L. Por seguir el blog y por estar ahí. Un abrazote!

M.