miércoles, 17 de agosto de 2011

Capítulo 5... 56 páginas y...

College house, High St., Aberdeen.
Si no es viernes, ¿por qué me lo parece a mí?

Bueno. El capítulo 5 ya tiene 56 páginas. Hoy he avanzado un montón. Parece por cómo escribo que las páginas me saliesen a chorro, pero no es así para nada. Cada página supone un esfuerzo enorme. Quizás lo que yo tenía muy avanzado antes de venir aquí era los componentes de cada capítulo (además de bastante ya escrito). Vengo reflexionando sobre la tesis durante muchos meses atrás (años también, vale): en el coche, caminando, en clase... y tenía muy maduras muchas cosas antes de ponerme a escribir. En cierta medida ya estaba escrita en mi cabeza, sólo había que sacarla. Pero sacarla es lo que cuesta.

Mi lóbulo frontal cuando escribo la tesis.
Escribir es un proceso muy costoso. Mucho. Creo que muy pocas personas disfrutan realmente de escribir. Es agotador. No es cansado soltar texto, lo costoso es elaborarlo de tal modo que diga lo que debe decir, utilizando las palabras exactas, justas y oportunas. Eso es lo complicado. Y si es bastante complicado de por sí... además mi dirección de tesis es ultra-exigente en esto. Quiere los textos perfectos. No quiere páginas, quiere ideas y párrafos milimétricos. Y esto sí que es ya más complicado todavía. Pero su exigencia hace que yo haya aprendido muchísimo a redactar de forma académica y, de paso, a cómo escribir artículos científicos (lo que es infinitamente más importante que saber hacer una tesis). Tesis que haré en mi vida = 1. Artículos = cuantos más mejor. Pues eso. Por eso estoy agradecido a mi dirección. Bueno, por eso y por muchas otras cosas. Hay ratos en que lo he pasado muy mal, pero siempre termina teniendo razón en todo lo que propone. Es así y no me duele nada reconocerlo.

Bueno, el día está a punto de terminar en el despacho de la Universidad. Son las 21 h. He venido aquí a las 8.30 h, así que he estado 12.5 horas aquí, de nuevo. Estoy cansado, pero la verdad es que me he acostumbrado a este ritmo de trabajo y cada vez me canso menos.

Una sensación que me encanta es cuando termino la jornada aquí, después de haber logrado avanzar mucho el trabajo, y salgo del edificio... Es como cuando llevas unos zapatos que te quedan pequeños o que te duelen y te los quitas. Es placer, me temo.

Mañana... ojalá pueda acabar mañana el capítulo. Intentaré llegar a las 8 para tener todo el día por delante.

El niño gusano - Un rayo cae

2 comentarios:

Vicenç dijo...

porque quieres que lo sea y punto.

Anónimo dijo...

Jajajaja... ya... hoy mi cabeza ha decidido que era viernes y no ha habido mucho que hacer al respecto.

A ver si mañana es sábado o retomo el sendero natural de la semana

^_^

M.