jueves, 16 de junio de 2011

En casa

Mi mesa de trabajo en casa.
Pues eso. Como ayer fue un día aciago y no tenía yo cuerpo de socializaciones y demás cosas de estar vivo pues me he quedado en casa.

De todos modos, hoy veo las cosas de forma diferente que ayer, como suele pasar. Ayer se mezclaron varias cosas: agotamiento, saturación, problemas, etc. Simplemente había que tomar decisiones. Parte las tomé ayer y otras las he tomado hoy. The power to choose, the power to change. Eso.

No he salido hasta la tarde. El trabajo me ha cundido mucho y me he relajado bastante. Además, he cocinado y he comido en casa, me he preparado té... perfecto!   ^_^

El comedor. En la esquina izquierda está la mesa de trabajo.
Como hasta ahora no había puesto en el blog fotografías del piso, he pensado en hacer hoy una entrada sobre él. Como veréis, el orden es premisa imprescindible en cualquier lugar que habito. Sólo hago concesiones en la mesa de trabajo, cuando estoy trabajando. Luego recojo.

Bueno, ya habéis visto mi mesa de trabajo aquí. Es pequeña, pero suficiente. Estaba de cara a la pared, pero yo la he colocado mirando a la ventana porque así veo el jardín y las aves que vienen a comer aquí. Y también cotilleo si pasa alguien y me distraigo un poco. La vista me gusta mucho. Hay tres árboles grandes y frondosos. Dan sensación de solidez y me gusta mirarlos.

Esta fotografía de aquí al lado es el comedor. No es muy grande pero es agradable y está bien distribuido. Justo a mi espalda cuando desde donde hice la foto está la segunda puerta, la trasera, que da al jardín. No suelo utilizarla mucho, sólo cuando voy a lavar la ropa. De las tres puertas que se ven cada una conduce a un lugar. Comenzando por la derecha: a la cocina, al baño y la puerta delantera, y al dormitorio.

La cocina. La nevera está a la izquierda, pero no se ve aquí.
Esta fotografía es de la cocina. Es muy pequeña pero me gusta mucho porque es muy recogidita. Hacía tiempo que no fregaba (es lo malo de tener fregaplatos) y lo he redescubierto. Me relaja fregar.

Lo que véis en la esquina es el tostador de pan y el calentador de agua. Aquí no se concibe un piso sin él (con el agua caliente hacen el té y el café soluble). A la derecha están los bártulos para el café y el té, y mis vitaminas.

Justo frente a la ventana de la cocina está el jardín delantero y el edificio del Departamento de Química. Por esa calle pasan muchos estudiantes y cuando cocino o friego me gusta mirarles pasar. Esa cosa oscura que se ve en la esquina superior derecha es un extractor. Aquí son muy comunes, especialmente en las cocinas y los baños. Es la forma en la que aquí se ventilan estas habitaciones. Supongo que estas medidas son comunes en los lugares que hace mucho frío.

Puerta principal y Hoover 6.
La segunda puerta lleva a la puerta del baño y a la puerta principal. Es en realidad un pasillo amplio y bien iluminado. Es la única parte de la casa que no dispone de radiador, así que suele ser el lugar más frío. Cuando la casa se calienta mucho (la calefacción funciona todo el año) abro esta puerta o incluso la puerta principal para que se compense la temperatura. Por las mañanas abro ambas puertas para que corra el aire, se renueve y se airee la casa.

En la fotografía podéis ver a Hoover 6, que es como está inventariado el aspirador, de estilo anglosajón. Es una bestia mecánica intolerable a la que tengo aversión cuando funciona (hace un ruido espantoso) pero cuando está quietito y callado me cae bien. Me recuerda un poco a R2 D2, incomprensiblemente.

Todas las ventanas tienen estas cortinas (o como sea que se llame a eso) con varillas inclinables. Son muy útiles pues regulan muy bien la luz, pero es un horror tener que limpiarlas. Lo digo por experiencia, porque cuando llegué las varillas eran mucho más gruesas. Y aquí dejo este tema.

El baño.
El baño es pequeño también, pero no echo a faltar nada.

Como véis, tiene una ducha, un lavabo y un water, que supongo que aquí no se llamará así, porque significa agua.

Lo que peor llevo del baño es la ducha. Es íntegramente de plástico, como prefabricada y cuando entro me da la sensación de estar duchándome en la cabina de un barco. Y además se mueve un montón cuando entro. Así que a veces, duchándome, me da por pensar que un día se desprenderá de la pared y me pegaré una ostia gótica. Y no la podré levantar y me encontrarán muerto cuando deje de pagar el alquiler. Y entonces me enterrarán en el cementerio de las chicas errantes y en mi epitafio pondrá: "muerto por ser un límpido incauto". Y creedme que estas ideas no me permiten disfrutar mucho de la ducha.

La última habitación que me queda por mostraros es el dormitorio.

Aquí hago los Michael Jacksons.
A él se accede por la última puerta. El dormitorio tiene a la derecha de la puerta dos armarios (no empotrados). No se ven en la fotografía, pero son grandes y me sobra espacio para todo.

Como véis es muy sencillo: una cama, una cómoda y una mesita de noche.

La mesita de noche es en realidad una cajonera de oficina, pero es de madera y da el pego. Además. al tener cerradura me permite guardar dinero, el móvil y cosas que prefiero salvaguardar.

La cama... Bueno, mis quince días de prueba me permiten afirmar con rotundidad que, en caso de haberla utilizado, la Princesa del guisante y el colchón (la del cuento) estaría ya en rehabilitación fisioterapéutica. No digo más.

Eh, ¿y mis montones qué?
Ayer, para mi sorpresa, limpiaron la entrada a casa, así que mis montones se han marchado. Ya no están. Ya no hay litter on the breeze.

Lo primero que pensé es que si existe una proporcionalidad entre barrer un poquito y que una araña salte a mi pantalón para advertirme de mi error... a barrer todo el patio delantero corresponde que... ¡¡han devorado al hombre de la limpieza!! Yo no he encontrado ni los restos. Pero no voy a decir nada. Por nada del mundo se me pasaría por la cabeza enfrentarme a las arañas. Son poderosas.

No hay comentarios: